Nuestra memoria está compuesta por lo que recordamos y lo que acumulamos en archivos de todo tipo, desde agendas de bolsillo a ordenadores cuánticos, pasando por museos, bibliotecas y grabaciones de ópera. Pero una parte esencial de la memoria, la que construye los vínculos que nos permiten vivir juntos, es la memoria social, que abarca lo que nos recordamos unos a otros. Por eso, desde los tiempos más remotos, los hombres se han instado entre sí a recordar. La forma verbal conjugada que más se repite en la Biblia hebrea es Zajor!: “¡Recuerda!”. Un imperativo dirigido a cada generación. Hay que recordar porque lo natural es el olvido.
Jon Juaristi
Comments